
Yo tengo un grupo de WhatsApp con amigas latinoamericanas y otra española, que cuando se estrelló el avión de Eduardo Campos no tardaron en preguntarme conmocionadas por lo que había sucedido y que se decía aquí en Brasil al respecto.
Todas menos la española que dijo:
"Y el helicóptero de nuestros políticos se cae y sobreviven... (que maldad acabo de decir)"
Su comentario ni me sorprendió por la similitud con el mío cuando me enteré en la hora del almuerzo:
"Ya podían pasar estas cosas en España"
Y seguí disfrutando de mi bife con fritas ante la mirada desaprobante de mis colegas que conmocionadas no daban crédito a lo sucedido.
Tras una semana de noticias, entrevistas a candidatos y pre-campaña he concluido que o en España somos unos cínicos que nos quejamos por gusto (punto de vista que comparten algunos brasileños por lo que me han hecho saber) o que en Brasil son unos ilusos que todavía confían y defienden a sus políticos.
La situación es la siguiente:
Si yo no hubiera emigrado de España y tuviera derecho a recibir asistencia médica gratuita (ese es otro tema del que ya les hablé y que no voy a tocar hoy) de estar embarazada tranquilamente tendría a mi descendencia en el Hospital Público Príncipe de Asturias cercano a mi casa, les llevaría al colegio público próximo y podrían estudiar en la Universidad pública de mi querida Alcalá de Henares (a pesar del retroceso que está sufriendo la educación), igualmente si consiguiera volver a España con trabajo (otro tema delicado, del que ya he hablado otras tantas veces) tardaría en hacer 30 km, 35 minutos de Cercanías y tendría vacaciones durante el primer año en ese nuevo empleo con el que sueño para volver a España. No contenta con eso, me iría de tapas por el centro de Complutum y volvería andando sola, de noche a casa con tacones y sin miedo de ser violada, robada, descuartizada o de romperme una pierna en un agujero de la calle.

Teniendo todo eso... lo primero que pienso (como seguro hicieron la mayoría de ustedes, no me digan que no) cuando se estrella un avión con un político dentro, es que ya podía pasar eso a los nuestros que han conseguido acabar con las "2 Españas" y que todos los españolitos de a pie pensemos lo mismo de toda la clase política sin distinción de partidos.

Por el contrario, aquí en Brasil sería capaz de robar para conseguir pagar un hospital privado donde dar a luz, gastaría hasta mi última peseta y me dedicaría a la profesión más antigua de la humanidad para conseguir pagar una educación buena privada a mi prole si con mi trabajo al que tardo en transporte público, hora y media en llegar (estando a 6 km de mi casa) no diera para ello, por lo menos descansaría si consiguen entrar en la Universidad Pública, donde si da para estudiar, pero ni se me ocurriría celebrarlo saliendo a la calle con tacones, mucho menos sóla y a las tantas de la noche. Todo esto ocurre siendo Brasil una economía emergente miembro del súper grupo de los BRICS.
Así las cosas, no entiendo como puede haber personas en este país que aún defiendan a muerte a políticos y partidos cuando, a las pruebas me remito, las cosas no funcionan como deberían o por lo menos como a mi me gustaría y considero que el ciudadano tiene derecho, teniendo en cuenta la barbaridad de dinero que se va en impuestos cada mes.
Llegado a este punto me hago una pregunta: ¿Será que los españoles somos unos cínicos, consentidos que nos quejamos por gusto? ¿o los brasileños unos ilusos con venda en los ojos que continúan creyendo en líderes épicos?
Puede ser que todo se resuma a que aquí hay trabajo, y allí aún no.